Los robots tendrán cualidades humanas e interaccionarán con nosotros. Este es el vaticinio de uno de los mayores expertos en robótica,catedrático del Laboratorio de Inteligencia Artificial de la Universidad de Stanford.
Oussama Khatib es catedrático de informática en el Laboratorio de Inteligencia Artificial de la
Universidad de Stanford, donde dirige el Grupo de Investigación sobre Robótica. Su trabajo se centra en las relaciones entre humanos y robots, que en su opinión serán cada vez más estrechas tanto en la vida laboral como en la doméstica. Acaba de visitar
Madrid, donde ha formado parte del jurado de los Premios de la
Fundación BBVA, en la categoría de Tecnologías de la Información, que fue concedido hace unos días a Marvin Minsky, uno de los padres de la Inteligencia Artificial. Durante su estancia en nuestro país, concedió una extensa entrevista a ABC para hablar de robots y de cómo éstos están destinados a cambiar nuestras vidas para siempre, aquí las preguntas de la entrevista:
-Robótica e inteligencia artificial. Dos campos diferentes pero complementarios, ¿no es así?
-La inteligencia artificial es, probablemente, la hermana preferida de la Robótica. Y consiste en crear inteligencia en una máquina, en una computadora, enseñarle a responder y a realizar tareas abstractas. La Robótica, sin embargo, se ocupa más del mundo físico. La una es la mente, la otra el cuerpo.
-Pensamiento y acción…
-El principal desafío de la Robótica no es que las máquinas piensen, sino que actúen. Por supuesto, la representación y la comprensión del mundo, su percepción, es algo muy importante. Pero la acción es algo tremendamente difícil para una máquina. Cuando trabajas con robots, por ejemplo, es cuando realmente aprecias lo maravillosa que es la mano humana. Nuestras manos son increíblemente complejas, y son capaces de hacer de forma natural cosas que resultan muy difíciles para un robot.
-¿Como cuáles?
-Los robots pueden ser precisos, cuidadosos, poderosos, pero los humanos tenemos una sorprendente capacidad para integrar todas esas habilidades de una forma única. Puede que no seamos tan precisos o fuertes como un robot, pero tenemos la capacidad de ajustar nuestras acciones de forma rápida, de asumir las incertidumbres y transformarlas en movimientos concretos. Usamos a la vez el oído, la vista, el tacto y evaluamos el entorno de forma instintiva antes de realizar cada acción. De eso se ocupa la Robótica, de la forma en que interactúan las máquinas con el mundo real y físico.
-¿Qué área de la Robótica considera más importante?
-Creo que el problema más acuciante radica en la habilidad para interactuar físicamente con el mundo físico. Para nosotros, coger el tapón de una botella de agua y enroscarlo en su sitio es algo sencillo. Pero no para un robot.
-¿Por qué?
-Porque para realizar esa tarea, un humano utiliza una estrategia. Para llevar a cabo esta acción, los humanos lo primero que hacemos es que se toquen los bordes del tapón y la botella. Cuando sentimos ese primer contacto, nos transmite una información muy concreta, que aplicamos moviendo ligeramente el tapón hacia delante o hacia atrás para que ocupe la posición correcta antes de enroscarlo. Es esta una estrategia que el humano ha tenido que aprender. Pero un robot no puede elaborar esta estrategia basada en la experiencia que le proporciona ese contacto inicial entre el tapón y la botella. Él solo sigue su programación y entiende de posiciones, de ángulos y de movimientos. El desafío, por lo tanto, consiste en que los robots sean capaces de procesar el sentido del tacto. Y que comprendan la relación entre dos objetos no a partir de sus posiciones absolutas en el espacio, sino de sus interacciones en un momento dado.
-Suena tremendamente complicado…
Programar un robot para que realice movimientos precisos en el espacio es algo muy sencillo. Pero programar un robot para que tenga un contacto del que se deriva la aplicación de una fuerza es algo muy diferente. Requiere que el robot sienta ese contacto y que a partir de ahí reprograme la fuerza que va a utilizar para su acción. Por eso, el problema que tiene un robot, moviéndose en un ambiente en el que tenga múltiples contactos, percepciones, obstáculos, manipulaciones, planificaciones… y todo eso en tiempo real, implica tener que controlar un número muy grande de variables. Ese es el gran desafío de la Robótica.