Esta vista única fue obtenida cuando la sonda aprovechaba la gravedad de nuestro planeta para salir disparada hacia Júpiter a una velocidad de 7,3 kilómetros por segundo.
La Tierra (izquierda) y la Luna (derecha) desde Juno |
La nave Juno, destinada a revelar los secretos de Júpiter, fue lanzada al espacio por la NASA hace dos años. El pasado 9 de octubre, la sonda se acercó de nuevo a la Tierra en una maniobra para tomar impulso (Click Aquí).
Juno utilizó la gravedad de nuestro planeta como si fuera un tirachinas para salir disparada a una velocidad de de 7,3 kilómetros por segundo hacia su objetivo, el mayor de los planetas del Sistema Solar, donde está previsto que llegue en 2016. Durante ese sobrevuelo, uno de los sensores de la nave, un tipo especial de cámara optimizada para rastrear estrellas débiles, obtuvo una vista única del sistema Tierra-Luna. El resultado, las imágenes que pueden verse en el vídeo sobre estas líneas, es un intrigante vistazo de cómo un visitante lejano vería nuestro mundo.
«Cuando el capitán Kirk de la USS Enterprise decía 'Llévanos a casa, Scotty', esto es lo que la tripulación veía», bromea Scott Bolton, investigador principal de Juno en el Instituto de Investigación del Suroeste en San Antonio. «En el vídeo, uno sube a bordo de Juno en su aproximación a la Tierra y luego sale disparado a la oscuridad del espacio. Ninguna vista previa de nuestro mundo ha capturado nunca el vals celestial de la Tierra y la Luna», añade.
Las cámaras que tomaron las imágenes de la película se encuentran cerca de la punta afilada de una de las tres brazos solares de la nave espacial. Son parte del instrumento que investiga el campo magnético (MAG) y normalmente se utilizan para determinar la orientación de los sensores magnéticos. Estas cámaras miran hacia el lado iluminado por el Sol, de modo que a medida que la nave se acercaba, las cuatro cámaras del sistema apuntaban hacia la Tierra. La Tierra y la Luna aparecieron a la vista cuando Juno estaba a 966.000 km de distancia, aproximadamente tres veces la separación entre nuestro planeta y su satélite natural.
Durante el sobrevuelo, Juno viajaba alrededor de dos veces más rápido que un satélite típico, y la propia nave daba vueltas a 2 rpm. «Todo lo que los seres humanos son y todo lo que hacemos está representado en esa imagen», dice John Jorgensen, investigador de la Universidad Técnica de Dinamarca, cerca de Copenhague.
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