miércoles, 6 de noviembre de 2013

Una gigantesca nube de hidrógeno chocará contra nuestra galaxia

Se llama Gran Nube Smith, viaja a 150 km por segundo contra nosotros y tiene un campo magnético de fuerza en su interior que la mantiene intacta


Simulación de la Nube Simth y la Vía Láctea
Simulación de la Nube Simth y la Vía Láctea
La Nube Smith es una serpiente gigante de hidrógeno que se encuentra en rumbo de colisión con la Vía Láctea.
Si las habituales leyes físicas se cumplieran, las nubes de alta velocidad como ésta deberían desintegrarse cuando chocan con los discos de las galaxias. Pero no es así, continúan intactas.

Ahora, un grupo de científicos ha descubierto un campo magnético de fuerza en lo más profundo de Smith que sería la clave para explicar la pervivencia de estas nubes durante su caída meteórica. Aspecto de cometa Investigaciones anteriores indican que la Nube Smith ya ha sobrevivido una vez a su paso por el disco de nuestra galaxia, hace varios miles de millones de años, y ahora está a punto de dar otra “pasada”.

"La Nube Smith es única entre las nubes de alta velocidad conocidas porque ya ha interactuado claramente con la Vía Láctea y lo va a hacer de nuevo, comenta Felix J. Lockman, astrónomo en el Observatorio Nacional de Radioastronomía (NRAO) en Green Bank." 

Tiene un aspecto similar al de los cometas, lo que indica que ya está sintiendo la influencia de la Vía Láctea. La Gran Nube de Smith parece estar desprovista de estrellas, por lo que la única manera de observarla es con radiotelescopios extremadamente sensibles, como el GBT, que pueden detectar su débil emisión de hidrógeno neutro. Si fuera visible a simple vista, la Gran Nube de Smith cubriría casi tanto cielo como la constelación de Orión. Cuando la nube de Smith finalmente se fusione con la Vía Láctea , se podría producir un anillo brillante de estrellas similares al que hay relativamente cerca de nuestro Sol, conocido como el Cinturón de Gould.

"Nuestra galaxia se encuentra en un entorno muy dinámico", concluye Hill, "y la forma en que interactúe con su entorno determinará si estrellas como el Sol se seguirán formando”. Eso pasará dentro de unos 30 millones de años, porque la Gran Nube de Smith se precipita hacia la Vía Láctea a más de 150 kilómetros por segundo. Cuando lo haga, los astrónomos creen que supondrá el inicio de un espectacular estallido de nuevas estrellas.

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